A century-old, aristocratic and literary restaurant
Founded in 1839 during the reign of María Cristina de Borbón, Lhardy is one of the most emblematic restaurants in Madrid. A place that has lived the history of Spain and where important national decisions such as overthrows, regencies or dictatorships have taken place.
The restaurant, after more than 180 years, has remained in the same premises near the Puerta del Sol, preserving the stately and aristocratic atmosphere of the time. Its lounges and private rooms have also been maintained. It is said that Isabel II, on one of her visits to enjoy the duck a l’orange, her favourite dish at Lhardy, left her corset on. Amongst its European-influenced cuisine, the most important culinary hallmarks are the emblematic Lhardy stew and tripe.
The creator of Lhardy’s identity was Rafael Guerrero, a renowned decorator and precursor of the profession, who after working for the Empress Eugénie in Tuileries, had opened a furniture shop in Madrid. The mahogany façade from Cuba, the counters, the mirrors, the wallpaper and the fireplaces. The space preserves the elegant and refined taste of the high bourgeoisie of the Second Empire, maintaining the essence that Guerrero designed in 1880.
We share the beauty of spaces that tell a story and the way to keep the past present. The importance of every detail and the elegance and sophistication at the table.
Un restaurante centenario, aristocrático y literario
Fundado en 1839 durante el reinado de María Cristina de Borbón, Lhardy es uno de los restaurantes más emblemáticos de Madrid. Un lugar que ha vivido la historia de España y donde han tenido lugar importantes decisiones nacionales como derrocamientos o regencias.
El restaurante, después de más de 180 años, se ha mantenido en el mismo local cercano a la Puerta del Sol conservando el ambiente señorial y aristocrático de la época. También sus salones y reservados se han mantenido. Dicen que Isabel II en una de sus visitas para degustar el pato a la naranja, su plato favorito de Lhardy, se desabrochó el corsé para comer y se le olvidó. Entre su cocina de influencia europea, destacan señas de identidad culinarias castizas, como el emblemático cocido o los callos.
El creador de la identidad de Lhardy fue Rafael Guerrero, un reconocido decorador y precursor de la profesión, que tras trabajar para la emperatriz Eugenia en Tuileries, había abierto una tienda de muebles en Madrid. La fachada de madera de caoba de Cuba, los mostradores, los espejos, el papel pintado y las chimeneas. El espacio conserva el gusto elegante y refinado de la alta burguesía del Segundo Imperio, manteniendo la esencia que Guerrero proyectó en 1880.
Compartimos la belleza de los espacios que cuentan una historia y la forma de mantener presente el pasado. La importancia de cada detalle y la elegancia y la sofisticación en la mesa.
Banquete en honor de Belisario Roldán, político, orador, autor teatral y periodista argentino, en Lhardy, en enero de 1910
Banquete en Lhardy ofrecido por el Doctor Cortezo, el 25 de abril de 1903
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